Cada día tenemos más y más información. Sobre todo gracias a la gran difusión en Internet, hoy día ya no hay excusa para no estar informados sobre lo que sea. Y los asuntos sobre el agua no son una excepción. Los informes, artículos de prensa y demás informaciones, denotan no sólo la contaminación presente en el agua del grifo sino también la preocupación por parte de los ciudadanos de disponer de un agua mucho más sana.
Por supuesto, partamos de la base de que no hablamos de juventud imperecedera. Dejemos eso para las películas de vampiros, con las que tanto nos hemos recreado en la fantasía, casi fetiche, de alcanzar no sólo la vida eterna sino de vivirla perpetuamente con la plenitud propia de una juventud en su clímax más absoluto.
Agua lo más pura posible. Esto es una obviedad presente seguramente en la mente de cualquiera. Lo que todos queremos tanto para nosotros mismos como para nuestras familias. Durante décadas, hemos bebido el agua disponible en nuestros hogares sin cuetionarla lo más mínimo. Era potable y punto.
Resulta práctica y conveniente. Se ha convertido en ese producto de primera necesidad que siempre tiene reservado su espacio en el carro de compra. Vamos al supermercado, y ahí está, nunca falta. Varios estantes llenos de atractivos envases de plástico, en varios formatos y con envases que van desde la más sencilla botella a otras de colores y llamativo etiquetado.
Todo tiene un origen y el Agua Hidrogenada no iba a ser menos. Para comprender la actual y creciente demanda del agua hidrogenada, debemos ir atrás en el tiempo y desplazarnos…bueno, seguramente a los orígenes de nuestro planeta, desde cuyos océanos surgió y evolucionó toda forma de vida conocida. Te vamos a presentar el origen del agua hidrogenada. ¿Te apuntas a la revolución Drozen?
La fórmula es muy simple: El agua hidrogenada -también llamada ionizada- es un agua con un aporte extra de moléculas de hidrógeno. El hidrógeno – H2 – es un gas que no desprende olor, incoloro y sin ningún sabor. Esa es la información básica que todos aprendimos en la escuela y seguramente, hemos vivido siempre sin prestar mucha atención a una molécula que damos por sentada como parte esencial en la química del universo que conocemos.