La regla de los 8 vasos de agua al día

Seguro que lo has leído alguna vez, o se lo has oído decir a algún médico o nutricionista. La regla de los 8 vasos de agua al día es aceptada por muchos como la cantidad suficiente para mantener tu cuerpo bien hidratado. Ocho vasos medianos, de unos 250ml sumarían en total 2 litros de agua. Una cantidad supuestamente ya aceptable para cualquier hombre o mujer adultos.  Pero, ¿qué hay de cierto en la regla de los 8 vasos de agua al día? ¿Por qué algunas personas la siguen con una determinación casi obsesiva?

“La regla de los 8 vasos de agua al día no es un mandamiento sagrado grabado en piedra que deba seguirse a rajatabla. De hecho, no hay evidencia científica que la respalde, a pesar de los muchos estudios y encuestas realizados. La cantidad de agua necesaria depende de varios factores, pero esta regla ha calado en la conciencia popular de tal modo que incluso médicos y nutricionistas la han recomendado como algo casi indiscutible.”

ORIGEN DE LA REGLA DE LOS 8 VASOS

Posiblemente fue en 1945 cuando se empezó a forjar en EEUU la creencia de que cierta cantidad de agua diaria debía respetarse para mantener una hidratación correcta. Un informe oficial afirmaba que un adulto necesitaba consumir 1ml de agua por cada caloría consumida. Qué locura. Imaginamos a la gente de la época contando calorías y mililitros y ya nos da pereza, ¿verdad? El caso es que unas 2.000 calorías diarias de media por adulto requerirían 2.000 mililitros, y por tanto, 2 litros al día fue lo más aceptado entonces.

Pero ojo, incluso en este informe, ya se recordaba que una gran parte de agua podía obtenerse también de frutas y verduras. Más adelante, esta idea acaba consolidándose por la mención que sobre la regla de los 8 vasos de agua al día hace el influyente profesor americano de nutrición Dr. Frederick J. Stare, en un libro publicado en 1974. Los ávidos lectores de la época y la Televisión fueron suficiente publicidad para que esta creencia siguiese trascendiendo varias generaciones hasta nuestros días. Médicos, preparadores físicos y organizaciones de salud enarbolaron esta regla cual estandarte de oro. Pero también en este libro se habla de las frutas y verduras así como de otras bebidas además del agua tal cual, como alternativas para suplir la necesidad diaria de este fluido tan elemental.

Así que la regla de los 8 vasos de agua al día no es un mandamiento sagrado grabado en piedra que deba seguirse a rajatabla. De hecho, no hay evidencia científica que la respalde, a pesar de los muchos estudios y encuestas realizados. La cantidad de agua necesaria depende de varios factores, pero esta regla ha calado en la conciencia popular de tal modo, que incluso médicos y nutricionistas la han recomendado como algo casi indiscutible. 

HAZLE CASO A TU ORGANISMO. SÓLO ÉL MANDA.

No beber agua suficiente puede provocar una deshidratación leve que causará fatiga, migraña y hasta mal humor. Sí, nuestro organismo nos indica cuándo está necesitado de agua, no sólo manifestando sequedad de boca. Llegar a ese punto de hecho, es tener ya demasiada sed. Se trata de hacerle caso al organismo, de confiar en ese instinto innato que conocemos como sed. Cuando sientes sed, bebes, así de simple. Se trata sólo de repartir un poco la ingesta de agua durante todo el día, sin obsesionarse. Si no hemos bebido durante dos horas, no vamos a morir ni a sufrir ninguna enfermedad por ello. Y no olvidemos que no sólo con agua pura le damos agua al cuerpo. Tomando leche, zumos de fruta o cerveza -ésta con moderación, pues en exceso tiene un efecto diurético importante y por tanto produce deshidratación- también le proporcionamos una parte considerable de agua. Si además tomas todos los días al menos un par de piezas de fruta y platos ricos en agua, ya puedes irte a dormir con tranquilidad. Unos hábitos dietéticos equilibrados ya garantizan buena parte del agua que necesitas.

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CÓMO REPARTIR LA INGESTA DE AGUA:

Si bebes entre 1 y 1.5 lt de agua al día –solo agua-, y el resto del agua la obtienes de otras fuentes, has logrado una repartición aceptable con la que tu cuerpo no debería echar en falta el agua:

  • Hay agua en la leche, café, infusión o zumo de frutas que tomas por la mañana.
  • Un par de piezas de fruta al día contienen mucha agua, además vitaminada!
  • Un buen plato de verdura o una ensalada con gran variedad de hortalizas son ideales.
  • Carne, pescado o huevos también contienen un buen porcentaje de agua.
  • Una botella a tu lado puede ayudar a que no olvides tener el agua presente. 

Con un equilibrio razonable entre el agua que bebes y los alimentos que también la contienen, tu cuerpo funcionará con la exactitud de un reloj suizo. Y no olvides que el propio organismo produce agua a partir de los alimentos, al procesar los nutrientes. Es lo que se conoce como agua metabólica.

ENTONCES, ¿PASAMOS DE LA REGLA DE LOS 8 VASOS?

Podríamos debatir sobre el tema durante años sin ponernos de acuerdo. También se dice que una mujer adulta debería tomar 2.5 – 2.7 litros de agua al día y que un hombre adulto debería tomar entre 3.5 – 3.7 litros. Haz la prueba y pregunta a varias personas, contando también con la opinión de varios profesionales de la salud. Seguramente den respuestas distintas. Y otras veces leerás, incluso en este blog, que 1.5, 2 o 3 litros también pueden ser lo aconsejado, dependiendo de varios condicionantes y contando siempre, claro está, con otros líquidos y alimentos como fuente alternativa de agua. La verdad es que el sentido común debe imponerse y si bien estas cifras igual que los 8 vasos de agua diarios pueden servirnos de guía, la necesidad de agua que tenga cada persona depende de varios factores:

  • Edad
  • Tamaño corporal
  • Nivel de actividad física
  • Clima más cálido o húmedo
  • Condiciones de salud
  • Embarazo / lactancia
  • El tipo de comida que hayas ingerido (a más sodio o sal, más sed)

…ocho, nueve, diez, once… ¡DROZEN!

La conclusión es que 8 vasos al día sumando un total de 2 litros, parece ser una cantidad bastante equilibrada. Ni mucho ni poco, aunque para muchas personas ocho vasos serán suficientes y para otras poco, dependiendo de cada situación, su constitución física u otros factores. Así que no te obsesiones demasiado. Mantén un equilibrio entre el agua que bebes y los alimentos que también la contienen. Y también es muy importante no olvidar la calidad del agua que bebes. Lo que te aconsejamos es un agua filtrada como la que produce DROZEN, siempre mejor que la relativamente limpia que obtienes del grifo.

Mucho más sana y pura, gracias a su eficiente sistema de filtración y a su lámpara UV, que la libera de contaminantes pero no de minerales esenciales. Si además quieres sumar puntos a favor de nuestro planeta, ten en cuenta que tener una máquina dispensadora de agua filtrada en tu hogar u oficina, contribuye a reducir el consumo de botellas de plástico. Y por si esto fuera poco, puedes dotarla de un extra de moléculas de hidrógeno, que la harán aún más antioxidante. La súper agua con la que puedes cubrir tus necesidades diarias, tanto si quieres beber un litro como tres, pues esta es su capacidad total. Un purificador de agua pensado para no quedarse cortos de agua buena en todo el día. Disfruta de la mejor agua del mundo tanto como te pida el cuerpo, sin obsesionarte con el número de vasos…pueden ser ocho, nueve, diez, once…y ¡DROZEN! 

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