La educación ambiental, el motor del cambio

Año nuevo, propósito ambiental nuevo. El cambio de año siempre nos hace reflexionar sobre nuevas metas que nos gustaría cumplir. Por eso, es fundamental que todos hayamos incluido frenar la emergencia climática en nuestra lista.

Hoy, Día Mundial de la Educación Ambiental, es una buena oportunidad para concienciar a la sociedad de la importancia de preservar y proteger el medioambiente. La educación ambiental es el punto de partida para que todo cambie en el presente y en el futuro. Un antecedente en la conmemoración de este día lo constituye la Declaración de Estocolmo Sobre el Medio Ambiente Humano, afirmada en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, en 1972.

Es mejor evitar la creación de un problema que tener que remediarlo. Por eso, lo importante es proponer metas asequibles y concretas. Algunas por las que se puede empezar son las siguientes:

  1. No consumir agua embotellada. Generalmente contienen sustancias químicas y una persona hace uso de alrededor de 65 kilos al año.
  2. Utilizar bolsas de tela al realizar la compra. Son más sostenibles y son reutilizables. Además, reducen la contaminación y no afectan a los animales/naturaleza.
  3. Intentar usar artículos de segunda mano cuando se pueda. Supone una reducción de gases de efecto invernadero y reduce la huella de carbono.
  4. Utilizar transporte público o bicicleta. El transporte es responsable de generar alrededor del 15% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Por eso, utilizar el transporte público es un objetivo vital para el cumplimiento de los ODS.
  5. Consumir productos locales. Una de las ventajas es la disminución de los gases de efecto invernadero y ayuda a reactivar la economía regional.
  6. Ahorrar energía. Al usar menos energía se utilizan menos combustibles que, a su vez, disminuye la emisión de gases y contaminación.
  7. Reciclar, reutilizar y reducir. Se trata de transformar pequeños hábitos cotidianos en nuevas prácticas más amigables con el medioambiente y que ayuden a reducir la basura que generamos todos los días. 

 

Por consiguiente, afrontar los daños medioambientales de nuestro planeta, tales como el cambio climático, las inundaciones, los incendios forestales y la extinción de especies.  Por ello, la educación ambiental juega un papel esencial para el conocimiento, aprendizaje y modelaje de conductas y acciones que favorezcan el entorno la biodiversidad.

Es preciso entender que el medioambiente es un ecosistema vulnerable y que no es una fuente inagotable de recursos.

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