La primavera supone una gran alegría por la llegada del buen tiempo, pero también supone un infierno para la población que sufre alergia. El polen hace que afloren las alergias a la superficie. De hecho, se estima que alrededor del 30% de los españoles padecen algún tipo de alergia. Por eso, cada 8 de julio se celebra el #DíaMundialdelaAlergia.
El principal objetivo que se persigue este día es encontrar tratamientos
efectivos que mejoren la calidad de vida. La contaminación de las ciudades, el exceso de aditivos en la comida, la exposición del humo del tabaco y la dureza del
agua, son algunas de las principales causas.
La prevalencia de las enfermedades alérgicas a nivel mundial es alta y no deja de aumentar. Los síntomas más comunes son el picor, los estornudos, la mucosidad o la congestión nasal. Las alergias no son curables, pero se pueden controlar.
Uno de los factores que afecta a la piel es la dureza del agua, ya que en muchos casos empeora la dermatitis. La dureza del agua se puede deber a factores como la zona geográfica. Las zonas de Barcelona, Alicante, Málaga o Palma de Mallorca son de las más afectadas por este problema. La ingesta de agua de mala calidad puede afectar a personas enfermas, niños, mujeres embarazadas y ancianos.
Las personas que viven en estas zonas geográficas suelen encontrar la cal adherida a la piel a la hora de bañarse. Lo mismo sucede con la lavadora, que
al utilizar agua con exceso de cal es muy probable que la ropa salga con restos
de detergente. La cal reseca la piel y tapona los poros provocando irritaciones.
En consecuencia, incluir máquinas purificadoras de agua o descalificadores nos
ayudará a eliminar casi la totalidad de las sales. Además, suponen un ahorro
económico por la eliminación de jabones y detergentes.
La calidad del agua no erradicará la alergia, pero si que ayudará a conseguir un mayor bienestar en la piel.
#DiaMundialdelaAlergia